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viernes, 14 de agosto de 2015

Honduras: ¿Qué representa ser estudiante hoy?





Cesario Padilla (*)


Hablar de organización estudiantil en la Máxima Casa de Estudios es similar a mencionar si hay vida humana en el planeta Marte. Se ha convertido en algo desconocido para un gran número de estudiantes, especialmente en los últimos diez años. Tiene su razón de ser: la década de los ochenta, cuando fueron asaltadas las estructuras de gobierno universitario y la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras (FEUH), y la década de los noventa, cuando poco o nada se recuerda de los otrora frentes estudiantiles que, todavía hoy, dicen ser “la voz del estudiantado”.

Bajo ese contexto se instaura una IV Reforma que se vendió como la salvadora del caos y la ingobernabilidad (que siempre hubo) en nuestra universidad. Sin embargo, este proceso sólo sirvió para la creación de nuevas estructuras administrativas; nuevos rostros, pero con las mismas mañas en los puestos de dirección, con la trampa de los últimos cinco años: mejorar la infraestructura de Ciudad Universitaria y descuidar la de los centros regionales, y dejar completamente a un lado el asunto de la academia. La pregunta es, ¿qué pasó con lo referente al estudiantado universitario?

Parece que, en la actualidad, se ha instaurado una nueva forma de vernos como sujetos dentro de la UNAH. Las autoridades gozan de aquel alumno o alumna que sólo llega a sentarse a las aulas; de quienes sólo copian y guardan en su memoria lo que posiblemente les haya interesado. No es extraño, pues como sector mayoritario en población universitaria hemos sido atemorizados por el simple hecho de organizarnos en movimientos independientes y pretender, con ello, impulsar un nuevo proceso de organización estudiantil desde las asociaciones de carrera.

Audiencias de descargo, señalamientos ante la opinión pública, amenazas varias hasta llegar a la expulsión, es la forma en la que se trata al estudiante que simplemente pide —y pedimos— participar en el proceso de reforma universitaria actual. Un estudiantado que propone la instalación de una Asamblea Constituyente Estudiantil (ACEU) para la conformación de una verdadera representación, desde sus verdaderos puestos y cimientos: las asociaciones. Unificar un proyecto a través de la academia, el estudio, la formación política y la consolidación de una ciudadanía consciente; construir una nueva FEUH que responda a las necesidades que la actualidad nos presenta, para sentirnos representados y representadas, escuchados y escuchadas, con nuestra participación, nuestra elección en cada una de las decisiones.

No es seleccionando “de dedo” a unos cuantos estudiantes (valiéndose de su excelencia académica) dentro del Consejo Universitario, que se acabará el problema del estudiantado. No es atropellando el derecho universal de elegir y ser electos que se le pondrá la cereza al pastel. Somos nosotros y nosotras quienes debemos conocer para luego elegir a quienes ocuparán estos puestos en ese órgano de dirección universitaria, o por lo menos hacer valer lo poco que nos dejó la nueva Ley Orgánica que sepultó la paridad estudiantil.

En resumen, el estudiantado de la UNAH —aunque seamos pocos en este momento— va  y trabaja por un proceso de abanderamiento, para tomar el lugar que nos corresponde, para posicionarnos con nuestro pensamiento y nuestro accionar como el sector mayoritario que realmente somos dentro del recinto universitario.

Este proceso no sólo toma su forma en Tegucigalpa, la UNAH en el Valle de Sula desde ya nos deja grandes lecciones, con asociaciones organizadas y la creación de un verdadero órgano de representación, como es el caso de la Federación de Asociaciones de Estudiantes (FAE), sumado al acompañamiento de los diferentes movimientos independientes del ala frentista que agoniza día con día; y ese mismo camino siguen los diferentes centros regionales. Eso es ser estudiante hoy día: asumir un papel de lucha, como una juventud que se involucre, que participe, cuestione y proponga, pues sólo así se dejará huella en los pasillos de una universidad que debe “mancharse de pueblo”.



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 (*) Estudiante de la Escuela de Periodismo, procurador de derechos humanos, miembro de PEN-Honduras y militante del Movimiento Amplio Universitario (MAU).


martes, 28 de julio de 2015

La educación traicionada: el ministro y la rectora




Rodolfo Pastor Fasquelle


Ambos estaban preparados. Eran candidatos idóneos y personas de calidad. Ambos eran (son) educadores profesionales. Aún estuve de acuerdo (pago el costo de seguirlo diciendo) con sus exigencias a los educadores que habían caído en su propia corrupción y anarquía. En un principio, me entusiasmó incluso la gestión del actual ministro Marlon Escoto. Del mismo modo me pareció alentadora la dirección y la disciplina que le imprimió a la educación superior la rectora Julieta Castellanos. Aún hoy defendería muchas cosas que hicieron bien e inspiraron. Enfrentaron la necesidad de reformar, lo que siempre es difícil.

Ambos supieron plantear la reforma a la clase política, de tal manera que los dejaran actuar en forma consistente. Y como consecuencia, ambos tuvieron logros importantes. El principal de los cuales, en el caso de Escoto, fue el inicio de una evaluación sistémica obligada, la limpieza de muchas corruptelas y la disciplina de los 200 días de clase que deben incrementarse en el futuro próximo a 222 (otros treinta días hábiles deben de consagrar los maestros a su propia actualización continuada, a la preparación y a la consecución de mejores condiciones y recursos para su trabajo en el aula.)
La rectora tuvo visión para aprovechar oportunidades de colaboración externa, recuperó cierto liderazgo gremial. En Tegucigalpa, modernizó la infraestructura de la UNAH, que sigue siendo la más importante y abrió nuevas carreras para completar la oferta universitaria. Ambos hicieron supremos esfuerzos por enriquecer sus respectivas instituciones y servir. Pensé que pudiera ser algo más.

A Julieta Castellanos, hace apenas unos meses, la congratulaba incluso en privado por asumir la responsabilidad de apoyo a la cultura, después de que el actual gobierno la abandonara del todo, traicionara a los agentes culturales a los que ya habían desestimado los anteriores y desconociera la obligación del Estado de proporcionarle a su pueblo, desprovisto de otros alcances, servicios culturales, espacios para la cultura, estímulos para la creación, el pensamiento y la reflexión humanista, aunque también ha sido una labor aislada, a profundizar.

Ni la rectora ni el ministro consiguieron resolver los problemas de fondo, de calidad de los servicios que prestan sus instituciones. Aún la educación pública no rebasa el ámbito de la enseñanza memorística. La universidad continúa, en casi todos los campos, siendo una escuela técnica que transfiere conocimientos convencionales. Por ende, el rendimiento en ambos casos sigue siendo bajo. Ni la una ni el otro vencieron o escaparon a su respectiva burocracia. Entiendo que es un proceso.
Aun recién, en el entendido de que su situación era compleja y requería de disciplina y rigor, me sentí obligado a respetar decisiones que ya me parecían polémicas de ambos funcionarios. Pero, finalmente, ambos han estropeado sus gestiones, por aislarse y someterse a las presiones políticas previsibles del gobierno. 

Protesté primero de que Escoto asumiera el autoritarismo de régimen para prohibir las manifestaciones políticas disidentes de  maestros y alumnos, muchos de los cuales simpatizaban con la oposición. No tenía derecho a negarles ese derecho. La libertad de expresión es consustancial a la educación de calidad, que enseña a pensar en forma crítica. Era el momento de recobrar su libertad enfrentada con la contradicción final. De poner su cargo a disposición, explicando su razón de fondo. No pudo.

Ambos, Castellanos y Escoto, han terminado por desvirtuar su propia gestión, contagiados por el estado autoritario en el que tuvieron que trabajar y ante el cual no supieron mantener una autonomía técnica e intelectual. Julieta, mi amiga, (y me duele) ha terminado justificando actuaciones criminales de sus subordinados en aras de protegerlos como instrumentos. Que es lo que hicieron los jefes policiales luego del asesinato de su hijo. Y el colmo, cuando precisamente su labor era protegerlos porque no tiene función sin ellos, acabó por criminalizar la libre expresión de profesores y estudiantes, y por ponerlos en manos de un sistema de justicia que sabe que es perverso.
Ambos son profesionales capaces que pudieron ganarse el pan de cada día en cualquier lado y aspirar a más. ¿Por qué se sometieron sin protesta a las exigencias despóticas de la dictadura? Lo que al final del día no es aceptable ni tuvo sentido es que le vendieran el alma al diablo a cambio de una perspectiva de continuidad. El problema de fondo del sistema educativo es que está sometido a un poder central al que incomoda y que lo desvirtúa.

Hay que sacar una lección práctica y una moraleja. Ningún funcionario aguanta (en el vacío del subdesarrollo) en Honduras, más de cinco años consecutivos al mando supremo de una institución. Y, por otro lado, cuando se reúne tanto poder en la cabeza sobre una diversidad de grandes problemas, hace falta apoyarlo con un órgano colegiado funcional. Así ha funcionado mejor desde inmemorial tiempo el gobierno universitario. Pero en nuestro medio de recursos enrarecidos, esa moraleja aplica para cualquier ejecutivo. Quizá los consejos de ministros, gabinetes ministeriales y consejos universitarios deben condicionar el mando superior y co-gobernar y no ser simples órganos cuasi legislativos y consultivos.

Eso lo debe establecer una ley primaria, así como el derecho efectivo de las juventudes a ser educadas con calidad y eficacia, para la participación social y cívica, para el éxito económico y para la realización cultural de todos y cada uno. La nueva Constitución debe reforzar la autonomía colegiada a la que se podrá exigir ese derecho.

domingo, 12 de octubre de 2014

Discurso en la película "Utopía o el cuerpo disperso y el mundo al revés"



Utopía o el cuerpo disperso y el mundo al revés (1977), es la cinta hondureña dirigida por Raúl Ruiz, probablemente el cineasta chileno más influyente en la historia de ese país. Fue producida por alemanes y, en años recientes,  remasterizada en México. 



Para conmemorar este 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena Latinoamericana:



¡Pueblos de América! 
¿Cuál será el día en que veamos la luz de la ciencia y la cultura? ¿Cuándo será el día en que salgamos de la oscuridad secular en que hemos estado sumergidos?
¡Pueblos de América! 
¿Cuándo dejaremos la superstición?, ¿cuándo abandonaremos la oprobiosa y terrible opresión a que hemos estado sometidos en toda nuestra historia? ¿Cuándo construiremos hospitales y escuelas? ¿Cuándo estaremos a la altura de la civilización? ¡Cuándo, pueblos de América!
¡Pueblos de Hispanoamérica, de Iberoamérica, de Latinoamérica!
¿Cuándo las opiniones de cada uno de vosotros será tomada en cuenta por los demás pueblos del mundo? ¿Cuándo las opiniones vuestras serán admiradas por todos, y acatadas por todos?
En vano vivió Miranda, en vano luchó San Martín, en vano ofreció su sangre Morazán. Efectivamente, ellos araron en el mar.

jueves, 6 de febrero de 2014

"Entrada al campo". Sobre el cierre del Ministerio de Cultura en Honduras



Héctor M. Leyva (*)


En las narraciones de los supervivientes de los campos de concentración se cuenta que los prisioneros eran despojados de todas sus pertenencias, sus objetos de valor y sus vestidos cuando ingresaban. No se explica cómo después algunos de ellos lograban hacerse de lápiz y papel, de crayones, de una dulzaina o de un violín para hacer arte con lo que engañaban el tiempo que les separaba de la muerte.

No me parece muy diferente la situación que se vive en Honduras. El país entra de la mano de ambiguos personajes y como consecuencia del golpe de Estado en la condición de un enorme campo de concentración. Para Agamben el campo es el lugar donde el hombre queda reducido a un ser biológico, a vida desnuda, despojada de todo derecho y a voluntad de los detentadores del poder y de la fuerza. No otra cosa es la que parece estar ocurriendo aquí cuando vemos burlado el orden jurídico e institucional y sometida la población a los intereses de pequeños grupos. La incertidumbre por la vida es el sentimiento general, en el sentido de que se halla a merced de la ambición de los criminales que no se encuentran ya solamente en las calles o en los negocios sino en los edificios públicos.

La última noticia es que el nuevo gobierno ha decidido desmantelar las instituciones de cultura bajo el argumento de la necesaria eficiencia del Estado. En la práctica esto supone desbaratar la frágil arquitectura que se había levantado para amparar y promover las creaciones del espíritu humano en este pedazo de tierra. No de otro modo pueden entenderse las artes plásticas, la música, el teatro, la danza, los libros, las bibliotecas, los archivos, los museos, las tradiciones populares, los sitios arqueológicos e históricos, etc.

Si antes era patética la situación de estas instituciones, cuyos presupuestos las condenaban al desahucio, ahora puede esperarse que desaparezcan. El nuevo gobierno hace suya la tarea de desembarazar a los hondureños de sus derechos culturales.

No cabe duda que aun desnudos de ropaje institucional, los creadores y promotores culturales seguirán haciendo su trabajo quizás ahora con más ahínco que antes, pues el arte y la producción intelectual siempre se han visto favorecidos por los tiempos difíciles. Pero no podrá dejar de lamentarse que los objetos del pasado, inermes e indefensos como son, queden ahora completamente a merced de los criminales. Podemos decir adiós a los documentos y los testimonios históricos, a las edificaciones antiguas, a los tesoros arqueológicos y a todo eso que llamamos vestigios del patrimonio cultural.

En lo que viene podrá pasar como a los judíos en los campos, que algunos iban a conseguir hacer arte pero ninguno se libraría de que le arrancaran sus objetos valiosos, las joyas familiares o religiosas, incluso los empastes de los dientes, por pequeños que fueran, con tenazas...


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(*) Escritor, ensayista e investigador hondureño. Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Complutense de Madrid. 
Profesor de Literatura en la UNAH.

sábado, 18 de enero de 2014

La música con theremín me causa maripositas en el estómago.


domingo, 12 de enero de 2014

Los cuentos y leyendas de Honduras


¿Quién, en su infancia y aún en la edad adulta, no pasó en alguna noche reunidx con amigos escuchando los famosos "Cuentos y leyendas de Honduras"? El programa que ha sido transmitido por la Radio Nacional de Honduras desde 1964, y que fue creado y producido por el incomparable Jorge Montenegro, un genial folclorista que se ha dedicado a recopilar y compartir las tradiciones y creencias míticas de nuestra cultura popular durante años. 

Yo que me crié y viví toda mi infancia en uno de tantos barrios de Comayagüela, recuerdo que cuando se iba la luz o mejor dicho cuando los hijosdeputa de la ENEE la cortaban o "racionaban" sin razón (OJO: que lo siguen haciendo) me juntaba con los cipotes de la cuartería por las noches y escuchábamos por la radio el programa: unxs no lograban escucharlo completo y se iban, otrx nos quedabamos ahí aguantando la cagazón y estaban lxs que más bien se cagaban de la risa oyendo las pencadas que contaban y, claro, aprovechaban para burlarse de quienes nos moríamos de miedo. 

Pues el otro día, de pura casualidad, me topé con un video animado de uno de los tantos cuentos (que, dicho sea de paso, puede leerse en los libros que llevan el mísmo título -"Cuentos y leyendas de Honduras"-.

La narración del video tiene uno que otro errorcito ortográfico, pero pues eso no le quita el mérito de ser un muy bonito y singular corto, y con la novedad de que ya no me dio miedo sino más bien risa, cosa que más que alegrarme me afligió, pues de nuevo me hizo caer en cuenta de que hace tiempo, aunque no mucho, dejé de ser una niña *inserte aquí una carita triste*.



Próximamente en cines:



martes, 5 de noviembre de 2013

Continuación del análisis discursivo de Ramón Hernández



Héctor M. Leyva (*)


El lingüista Ramón Hernández ha compartido un análisis de la frase “yo voy a hacer lo que tenga que hacer” del candidato presidencial Juan Orlando Hernández para hacer ver el autoritarismo personalista y las amenazas veladas contra el proceso electoral que puede haber en dicha frase. A ese análisis es posible añadir elementos que refuerzan y amplían algunas de las observaciones.

En primer lugar me parece que la frase correcta incluye una preposición antes del primer verbo: en lugar de “yo voy hacer” debería ser “yo voy a hacer” que es la forma que adopta esta perífrasis de futuro en el habla de los hondureños que evitan la forma más económica de decir simplemente “haré”. Esta preposición no puede reconocerse en la pronunciación del candidato –como puede corroborarse escuchando alguno de los spots publicitarios (1)–, lo cual puede responder a la asimilación de esa preposición con la vocal del verbo (“voy- a ha-cer”). Todo sea dicho por apego estricto a la frase sin que esto quiera excusar tampoco al candidato que estaría faltando a la gramática culta y a los usos populares como es el caso de esta perífrasis. 

En segundo lugar, es importante notar que en la frase hay una serie de selecciones (de pronombre, de verbos, y de estructura sintáctica) que dicen mucho por el solo hecho de no haberse elegido otras de las opciones posibles. Así el uso del pronombre personal en primera persona (yo) indica que se desconsideró el plural (nosotros) como suele ser frecuente en los discursos políticos en los que los candidatos asumen que representan a una colectividad. Al escoger “yo” el candidato personaliza el poder en sí mismo y con ello construye lo que podría llamarse un voluntarismo mesiánico. No es el partido sino él (un individuo con cualidades excepcionales), el que ha llegado para salvar a la nación. Afirmación a todas luces falaz como nos demuestran las ciencias sociales en el sentido de que los problemas actuales de las sociedades son tan complejos y extensos que se requiere de amplias movilizaciones y consensos para resolverlos. La figura de un individuo que pueda salvar a una nación es simplemente una mentira.

La elección del verbo “tener” es muy significativa desde el punto de vista ético y jurídico porque en su lugar el candidato pudo escoger “deber”. El candidato pudo decir “yo voy a hacer lo que deba hacer” pero entonces la frase habría perdido su fuerza voluntarista porque habría supuesto que el individuo se limitaría a llevar a la práctica lo que fuera una obligación de todo ciudadano o que tomaría las medidas que los problemas estarían demandando, con lo cual el yo (la voluntad soberana del individuo) se habría visto disminuida. Obsérvese que hacer lo que uno debe, supone someterse a la norma, a la moral, a la costumbre y replegar la propia voluntad y los propios deseos. Cuando el candidato dice que hará lo que tenga que hacer, implícitamente nos está diciendo que no hará aquello a lo que está obligado sino aquello que su soberana voluntad le demande: no lo que la sociedad pudiera requerir sino lo que él necesite. No es extraño que el candidato sea calificado popularmente de “niño malcriado” aludiendo a ese carácter caprichoso de los niños que siempre quieren que se haga lo que ellos quieren.

Cierto que la frase también podría interpretarse con el sentido de que el candidato se está comprometiendo a hacer lo que se esperaría que hiciera (por ejemplo reprimir la delincuencia): “haré lo que ustedes esperan que yo haga”, pero si ese fuera el caso las implicaciones podrían ser incluso más graves porque igual se estarían desconociendo las obligaciones éticas y legales. Hacer lo que se tiene que hacer no es lo mismo que hacer lo que se debe hacer. Mucha gente (muchos electores) podrían estar demandando actuaciones reprobables o ilícitas con tal de encontrar satisfacción a sus demandas (no solo reprimir la delincuencia sino ganar las elecciones a toda costa, por ejemplo), con lo cual la afirmación estaría dándole un valor positivo a la violación de la moral y las leyes.

Finalmente, puede considerarse la construcción sintáctica que se distingue por una circularidad tautológica que envuelve la afirmación en una completa ambigüedad. ¿Qué es lo que nos dice el candidato que va a hacer? Nos dice que va a hacer lo que tiene que hacer pero entonces no nos ha dicho lo que va a hacer. El primer hacer remite al segundo hacer. Aparentemente no dice nada (lo que se asocia con la vacuidad característica de los discursos políticos demagógicos) pero como se sabe, cuando nada decimos también estamos diciendo todo. Quizás fuera este el ángulo más peligroso de la frase porque estaría implicando que el candidato está dispuesto a hacer todo lo que haga falta, todas las acciones posibles, cualquiera de ellas con tal de prevalecer. La frase sería la invocación y la afirmación de un poder absoluto que violenta por completo el orden jurídico y las costumbres de las sociedades democráticas y del Estado de derecho. 

Como puede apreciarse el candidato con esta frase está invocando una forma de ejercicio del poder tiránica que parece retrotraer la sociedad a sus peores épocas de dictadura. Lo que más sorprende y llama la atención, sin embargo, puede que no se encuentre en la frase misma ni en las intenciones del candidato sino en los aplausos, en el que un sector importante del electorado y de la sociedad, esté dispuesto a apoyar actitudes, talantes y proyectos políticos de esta naturaleza. Es decir, que lo curioso es que el autoritarismo se encuentre en la médula de los huesos de multitudes de personas en la sociedad.


(1) Ver el video “Juan Orlando Policia Militar” en Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=Gh-TiaKQaKY)


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(*) Escritor, ensayista e investigador hondureño. Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Literatura en la UNAH.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Análisis discursivo: "Voy hacer lo que tenga que hacer"



Ramón A. Hernández Torres (*)

Esta expresión es el caso típico donde las palabras entran en juego con un significado convencional o limitado y lo llenan plenamente, en primer lugar, por su emisor, su intención e impacto que quiere provocar en los oyentes; en segundo lugar, el contexto tanto histórico como social, específicamente, pre-electoral, en el que adquiere su verdadera dimensión, alcance y carga semántica por su implicación, lo que no se dice pero está detrás de las palabras, se presupone.

Esta frase vista neutralmente, aislada, sin emisor, receptor, ni contexto es, de por sí, desafiante y retante, si expresa esto, el interlocutor está implícito o, es “alguien” a quien se desafía, reta y se alude de manera directa a Libre. Pero quién expresa esa frase también se muestra desafiante y exhibe una imagen de fuerza y poder y, sólo quien tiene la certeza de tenerlos la dice porque no arriesga su imagen al no ser inconsecuente con su acto de habla de incumplir su compromiso después; pero también esto plantea una relación asimétrica entre los interlocutores en la que únicamente aquel que está en una posición de superioridad puede expresarla (el poderoso) y el otro (si no es desafiante) quedar advertido; sin aditamentos como tono y ademanes gestuales la expresión en sí, es amenazante. Pero también –como reacción espontánea- la expresa únicamente quién por el acto o acción probable del otro, siente amenazado su poder e imagen. 
Juan Orlando, entonces, expresa esa frase: “Voy hacer lo que tenga que hacer”, como presidente del Congreso Nacional y por su investidura como tal le da una significación mayor como desafío y amenaza puesto que detenta un poder institucional (además del Congreso, el Ministerio Público, la Corte Suprema y el Tribunal Supremo Electoral) y fuerza represora (Policía Nacional, Policía Militar, Tigres y FFAA) concentrados en su persona, esto lo sabe, está consciente y, por tanto, dice la frase sabiendo lo que quiere que se entienda con toda su intención.

Con esta expresión el candidato nacionalista culmina su calculada tarea de labrarse un perfil de “valiente”, “desafiante”, “retador” y, en fin, una especie de “Juan sin miedo” desde que asumiera la presidencia del Congreso Nacional con miras a candidatearse por su partido. Primero se distanció de los grupos de poder económico, desprestigiados con y por el golpe de Estado y apoyó al presidente Lobo Sosa en todo lo que fuese necesario para lograr cierta gobernabilidad en el país como la conformación del Poder Ejecutivo con todos los partidos, la salida al exilio de Zelaya Rosales y su posterior retorno mediante el Acuerdo de Cartagena; esto ubicó al binomio Lobo-Hernández en una derecha moderada al surgir un sector radical opuesto a todo esto (por eso, Lorens siempre se obsesionó en crear artificialmente una izquierda moderada para que el FNRP apareciera como radical (esto no cuajó porque el método de acceso al poder es lo que mejor define la radicalidad), papel al que muy solícito acudió el FAPER ya que la UD no le sustraía el poder de la calle a la resistencia); una vez resuelta esa tensión a favor de Lobo-Hernández porque la otra posición, nacional como internacionalmente, era torpe e inviable; pasa al segundo momento: desafiar a los grupos de poder y, sobre todo a los dueños de su partido, consciente que entre presionar para negociar y obtener su apoyo, la confrontación, como opción era más rentable a nivel de coste-beneficio político.

Con esa estrategia, Juan Orlando emula a Zelaya Rosales, este es su imagen en el espejo que compulsivamente quiere ver reflejada para tener la misma estatura política de Xiomara Castro de Libre, de allí que a la Resistencia Nacional nos robe –o, por lo menos vaciarla semánticamente- nuestra cojonuda y corajuda consigna gritada ante las bayonetas: “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo” pero con ella, él se dirige a liberales, cachurecos, incluso independientes, militantes de Libre, a que regresen porque ya tienen un “valiente”; pero el efecto ha sido nulo porque no es lo mismo hablar por hablar sin arriesgar el pellejo. Ante ello, entonces, solo le queda el recurso desesperado de quien se siente acorralado, la amenaza.
Puesta en contexto, “voy hacer lo que tenga que hacer” es una expresión puramente discursiva, pero en la práctica política de quien la declara, que ya mostró su capacidad inescrupulosa de actuar propio de un dictador: tiene un antecedente en su narrativa discursiva: ya sucedió el evento de la aprobación de la Ley de las Ciudades Modelo –que la Corte declara inconstitucional porque violaba nuestra soberanía nacional –insiste con testarudez y la cambia a Ley de Redes de Desarrollo Social, pero antes se asegura y destituye a los magistrados que se opusieron; y para no hacer larga la lista, aprobó la creación de la Policía Militar, todo esto, con la oposición del pueblo hondureño, incluso la opinión internacional; los oyentes, entonces, conectan esos antecedentes e infieren con ese conocimiento natural del lenguaje que: “La eficacia del discurso performativo que pretende hacer realidad lo que enuncia en el mismo acto de enunciación es proporcional a la autoridad del que enuncia” (Pierre Bourdieu, 2008: 115).

Aunque la frase que analizamos surja y tenga un significado original en el contexto de la creación de la Policía Militar, ilegal y violatoria de las normas internacionales en materia de seguridad, adquiere una mayor carga semántica en el contexto general pre-electoral; es como si saltase de un escenario a otro y esa “expansión contextual” lo logra el emisor con la machacona propaganda de sus spots publicitarios en los que repite su intolerante frase “voy hacer lo que tenga que hacer” que ya sobredimensionada tiene dos implicaciones: pospuesta la a) y antepuesta la b):

a- …si no gano las elecciones
b- Si no votan por mí...

En la implicación a) gano las elecciones implica Libres y transparentes y si eso no es posible: “voy hacer lo que tenga que hacer”; en la implicación b) votan por mí implica la mayoría, si eso no ocurre “voy hacer lo que tenga que hacer” como se constata: en lenguaje popular el hombre gana porque gana, lo que en un proceso electoral normal es tan probable ganar como perder, sin embargo, en este contexto significa ganar o ganar o, más categórico ganar a como dé lugar

Reforzada por los antecedentes de la práctica antidemocrática, autoritaria y dictatorial del candidato gubernamental que ya está en la mente de los oyentes es fácil que infieran esas implicaciones y al mismo tiempo estén procesando su reacción que es incierta dado el conflicto mental que se crea porque en la propaganda política la norma es la persuasión y el convencimiento para la adhesión a una causa y no la amenaza, ya que las primeras se construyen con argumentos y propuestas y la amenaza solo genera incertidumbre, ansiedad y, en fin, violencia. ¿Qué imagen proyecta el candidato oficialista, en una mano ofreciendo el bono 10.000 y en la otra, un garrote?, antes que todo una estrategia de campaña completamente errática. 

Expresiones como esta tiene diferentes significados e impactos dependiendo de los receptores (Libres e independientes), el nivel de conciencia política y de clase; para los simpatizantes con menor compromiso político esto les genera temor y los inmoviliza, para los militantes de la resistencia no los amedrenta, por el contrario, los interpela a actuar, entonces Juan Orlando –siguiendo la concepción conductista de estímulo-respuesta–  presupone: uno, la conciencia de los primeros (simpatizantes) y la generaliza como homogénea a toda la resistencia y, dos, que toda la resistencia reaccionará en la dirección esperada, la desmovilización y la abstención electoral. 

La respuesta contraria a esa expresión nunca se espera ya que su emisor es anti dialéctico aunque la realidad histórica inmediata ya lo haya demostrado: el movimiento de Resistencia, masivo e imperecedero, en contra del golpe de Estado y la movilización gigantesca del 5 de julio del 2009 pese a toda la campaña de terrorismo mediático impuesta por la propia boca-ventrílocua de los altos jerarcas religiosos no menguó, todo lo contrario. Un búmeran es lo esperable ya que la mente del hondureño se resiste a la opresión y actúa bajo otra ética.

Cuando la clase política pierde “la mente y el corazón” de un pueblo la base de sustentación de su hegemonía empieza a desplomarse ya que “…la subversión política presupone una subversión cognitiva, un cambio de visión del mundo” Bourdieu (op. cit.: 124) y un golpe de timón, inteligente, audaz y contundente será suficiente para darle jaque mate al rey.  

                   
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(*) Docente e investigador hondureño. Doctor en Lingüística Teórica por la Universidad Nacional de Heredia, Costa Rica. Miembro de Número de la Academia Hondureña de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española.   

miércoles, 15 de septiembre de 2010

"Ser cristiano es ser revolucionario" (*)


Hoy recordamos con pasión la desaparición y asesinato de un hombre de fe, de fe en los pobres, de fe en la esperanza; que logró trascender desde que identificó su papel como hombre y como predicador de la justicia, y orientó esa fe en la utopía verdaderamente cristiana de un mundo justo, armonioso, con libertad, paz y hermandad.

El padre Guadalupe como se le conoció, fue un jesuita que llegó, como llegan muchos predicadores del evangelio a nuestras tierras, con el fin de hacer crecer la fe de tantos que buscan una luz en medio de tanta oscuridad. Pero el padre Guadalupe encaminó su trabajo específicamente a los campesinos, y como resultado de esta experiencia con los pobres, habitantes de los barrios, obreros, y pueblos indígenas se empezó a germinar en él esa semilla que guarda en sí la idea de que sólo un cambio radical en las estructuras sociales, guiado por estos mismos hombres sin tierra, traería el fin de la desigualdad. Esto lo llevó a una reinterpretación del evangelio y del mensaje de Cristo, adaptándole aspectos claves del marxismo como herramienta de análisis de las causas de la pobreza. El renunciar a las comodidades que pudo tener en su país natal (el Imperio) por vivir con los pobres y ser uno más dentro de ellos, es evidencia de la nobleza y del espíritu revolucionario que imperaba en el padre Guadalupe, ejemplo que nos cuestiona nuestra praxis revolucionaria.

Toda esta identificación con el pobre, por sus causas y luchas, llevaron al padre Guadalupe a fundir su fe en acero y transformarse en combatiente de la verdad y de lo justo, dejando a un lado sus orígenes y, sobre todo, seguro de que él pertenecía a una sola raza, que es la humanidad, a la cual entregó su vida.

Es hoy cuando debemos autocuestionarnos, con ejemplos heroicos como el del Padre Lupe y del resto de compañeros que de verdad creyeron en un cambio por nosotros, por nuestra Patria, y que entregaron su vida a ese ideal noble. Preguntémonos, compañeros, hasta qué punto estamos comprometidos con el cambio, ¿marchando? ¿leyendo? ¿criticando?, ¿o simplemente creyendo que “hacemos algo”?; si nos revisamos pasando factura a nuestros logros, concluiríamos que a todas y todos los compañeros que cayeron en combate les debemos una revolución y una Patria libre.

La mejor forma de hacerle tributo al padre Guadalupe es cumpliendo con nuestro papel histórico, en el trabajo y la lucha continuada, sin reparos, sin descansos, con compromiso y convicción. La fe y el amor que profesa la verdadera Iglesia –esa que se construye en el corazón de la gente, y no en altos y onerosos edificios-, obliga a tomar parte activa en los procesos revolucionarios, esa es la única vía de emancipación del ser humano.

Hoy, rendimos homenaje al Padre Guadalupe Carney, comprometiéndonos a luchar inclaudicablemente hasta construir una Patria digna, sobre los cimientos de los que cayeron luchando y creyeron en la justicia y el amor.


Padre Guadalupe ¡presente!
¡Viva la heroica columna del PRTC-H!
¡Fidelidad a nuestro pueblo y sus mártires!




sábado, 30 de mayo de 2009

La nueva Constitución de la República


Por Allan Mcdonald



Buenas tardes
Amigos y amigas,
Compañeros y compañeras.
Buenas tardes Señor Presidente.
Invitados especiales.

Quiero dedicar este premio a mi madre Leticia, y mi mundo, que nació en abril. Hoy quiero agradecer al Presidente porque sí me consultó para recibir o no este premio, y desde luego voté en la urna que dice que sí, porque ¿cómo no comulgar con Clementina Suarez, con el pensamiento, con la vida autentica de una pionera de los derechos negados de la mujeres, con una excéntrica escritora, amiga de las luces y compañera de los procesos rebeldes en Centroamérica? ¿Cómo no creer en la que cambió los paradigmas de conductas de un país que se ahogaba en sangre? ¿Cómo no voy a agradecer a doña Clementina que dio exilio de protección a mi padre, un revolucionario místico, un pintor sin éxito por los salones burgueses de la pintura? ¿Cómo no agradecerle a ella que cubrió la vida de mi padre en los años del gorilato?
Por eso recibo este galardón, porque clementina Suarez perteneció
al pueblo. Y en nombre de ese pueblo quiero proponer mi nueva constitución:



Para comenzar…

• Queda derogado el primer artículo de la constitución. Esa farsa de que somos un Estado independiente y de que todos los hondureños somos iguales ante la ley.

• Quedan derogados los serviles, los que siempre han gastado tinta y papel para frenar los obligatorios cambios en la Patria.

• Quedan derogados los políticos que con los dineros del pueblo llevan subsidios a sus empresas y compran carros con dispensas falsas.

• Quedan derogados los hombres de mala voluntad que creen que sólo ellos existen y que el pueblo es un andamio de huesos que les estableció sus vidas de millonarios.

• Quedan derogados los artículos pétreos, quedando en su lugar los artículos de primera necesidad como los frijoles y las tortillas.

• Quedan proscritos los rótulos “prohibido la entrada a los particulares” o “el cuidado con perros bravos”

• Quedan derogados los conserjes de los empresarios y en su lugar los nuevos carteros llevarán cartas de esperanza a los pobres.

• Quedan derogados los falsos profetas que mienten desde los altares, asesinan con sus omisiones y burlan el futuro con sus oraciones hipócritas.

• Quedan derogado el tribunal superior de cuentos y en su lugar se pondrá un tribunal superior de novelas, porque se quedan cortos con sus narraciones de ficción en el que sólo los pobres delinquen.

• Queda decretada en la FENAFUTH la prohibición de invertir más dinero en inflar egos y en subsidiar visas falsas, y que los nuevos ídolos del fútbol saldrán de las bellas potras que se jueguen en las tardes polvorientas de los arrabales.

• Queda decretado que a partir de hoy el Congreso Nacional sesionará en las miserables casitas de los tolupanes.

• Quedan derogadas las dispensas de carros de lujos y vigentes, para bicicletas, carretas de bueyes, carritos de perros calientes y trocos.

• Queda aprobado que ningún político transportista vaya al Congreso porque seremos arrollados por buseros sin corazón.

• Queda prohibido que en el jardín de la democracia se vuelvan a sembrar flores con espinas demagógicas, ni pavimentar callejas con el oro robado. También queda prohibido que ramos floridos con venenos vuelvan a regir los destinos de las universidades. También será prohibido que los frutos maduros que rápidamente se pudrieron en el jardín de la historia, y brujos diestros en cobardía vuelvan con sus de vírgenes perpetuas al poder.

• Por decreto irrevocable, queda prohibido que la demagogia se de en pepe a los niños y niñas, y que la democracia no crea en santos que orinan.

• Quedan derogados todos aquellos que dicen que el incremento al salario mínimo es un golpe institucional, como si fueran más importantes las pilastras de mármol y granito que el clamor humano de millones de pobres.

• Quedan derogados los cuadrados de espíritu que creen que la ley está por encima de las necesidades reales del ser humano. Hace más de 2000 mil años de Historia el sábado fue hecho para el hombre y no el hombre para el sábado.

• Quedan nombrados como próceres permanentes de la Patria todos los inmigrantes que se juegan su vida por encontrar el futuro en otras tierras, y ayudan con sus esfuerzos diarios a sanear los números grises de nuestro país, sin los ademanes de los respetados emprendedores.

• Queda decretado que Palmerolo, el humilde burrito, será el sustituto del caballo invasor de los españoles que asesinaron a Lempira.

• Quedan desterrados de este país -tripulando la nave del olvido, hacia el triangulo de las bermudas-, aquellos que con sus pasaportazos, chinazos, sextos juegos deportivos, lechazos, lapizazos, arrozazos, petrolazos y visazos y todos aquellos, se inventaron la democracia mercantil.

• A partir de esta lectura queda vigente la esperanza y los sueños, el amor, la fraternidad, y la solidaridad con los más olvidados, quedando terminantemente prohibido llamar ganancia al robo y plusvalía a la gente.

• Queda derogado que no vuelva a crecer más la flor del imperio, ni la flor de Vietnam en el Valle de Comayagua. A partir de la fecha, Palmerola será declarado Patrimonio Nacional.

• Queda decretado que los obispos no sean monaguillos de los intereses de los poderosos y no olviden ni a los carpinteros ni a los pescadores; porque su líder, el más grande hombre, tenía el color del sudor de los hambrientos y no el color purpura de los cardenales.

• Por decreto constitucional, se ordena a los ministerios siguientes, que a partir de la fecha: El ministerio de cultura hará actos de lectura del poema “los pobres” en las catedrales del consumismo, en todos los Malls habrá poesía y menos policía.

• Se decreta que el ministerio de salud hará campañas de vacunaciones masivas, para que ningún corrupto se quede sin la vacuna que llevará la dosis sanguínea de Trinidad Cabañas. Así evitaremos la peste de la gripe porcina.

El incumplimiento de este decreto nos pone en riesgo de que en poco tiempo, este país sea el nuevo Macondo, en el que todos nuestros hijos nazcan con colas de cerdo.

• A partir de la fecha, se da instrucciones al Banco Central de Honduras, que desde este momento, se emitirá el billete de mil lempiras con los rostros de Visitación Padilla y Lorenzo Zelaya.

• Se decreta que a partir de hoy, el Ministerio de Comercio exportará políticos conservadores, para aumentar el producto externo bruto.

• Se decreta que a partir de hoy, el Ministerio de Educación, cree la siguiente Carrera de Honestidad a los empresarios. A distancia… pues cuanto más lejos, mejor…

• Sólo un artículo será pétreo, será intocable: Que todos los niños y niñas de Honduras tengan derecho a comer.

•Si por casualidad me van a dar aplausos, prefiero que por favor levanten la mano para que quede aprobada la nueva constitución de la República de Honduras.