lunes, 12 de enero de 2009

Un soneto de Sabina

Acorde y dedicado para la tarde-noche de hoy:


El primero de enero

El primero de enero, tararí,
será tan gris como un jueves cualquiera,
sin Drácula escalando el Pirulí,
ni marcianos cruzando la frontera.

Más de lo mismo bajo el cielo añil,
Cronos en su fugaz trono vacío,
la anoréxica luna giligil
no exportará vacunas contra el frío.

Llenaré otro galpón municipal
y esperaré el diluvio universal
viendo crecer el bosque por la acera.

El primero de enero (del dos mil),
aunque siga muriéndome por ti,
me iré con la primera que me quiera.



(de Ciento volando de catorce)

jueves, 1 de enero de 2009

Promesa

Mi pelo volverá a crecer. Inundará las calles y tu almohada.
No volverá tu mano con misericordia a recorrer esta espalda entumecida, para posarse finalmente en mi cabeza indefensa y desnuda ante las miradas que recorren mi miedo. Será tu mano que deseosa revolverá mi pelo atrayéndome a tu boca y no el abrazo póstumo que me diste ayer...

Más acá, más allá, mi pelo volverá a crecer.


Rocío Tábora
(de Guardarropa)