viernes, 3 de octubre de 2014

Poemas a Francisco Morazán

Estatua de Morazán en la UPNFM


Morazán

Por montañas de pinos imposibles…
por valles de verdura impenetrable…
por ríos que paraban hasta el viento…
por calles, por abismos,
por sombras, por inviernos
iba en cascos de rayo tu caballo guerrero.
Y ni la noche vertical de odios…
ni la herida de cauce pavoroso…
ni murallas de espadas…
ni huracanes de pólvora
nulificar podrían tu marcha luminosa.
Llegabas a los pueblos…
te llenaban de escudos todos los corazones…
El Golfo de Nicoya tiene en perlas tus frases
la voz de tus cañones esconde el Momotombo,
es barro de tus botas el oro en el Guayape.
Hombres te acompañaban…
de acero toledano,
de toledano ensueño,
era el sol obediente de tu espada.
Y reían los árboles
y cantaban los niños
y bailaban los héroes de los libros de escuela
y afloraban en canción la libertad
y nacían banderas
y venían soldados
cuando se abría en llamas tu rosa liberal.
Hoy lejos de tu mano
ha crecido tu ejército…
la huella de tus plantas es órbita de astros….
en tu dolor aprenden a quererse los hombres…
es un cielo de lucha la tumba en que te hundiste
Bolívar de los pobres
Napoleón de los tristes.
Y cuando un golpe artero precipitó tu sangre,
cuando tu voz perdióse,
para nacer más honda,
cuando tu espada loca de fulgor
se te fue por los ojos hasta el héroe,
y te perdiste
y te alejaste
y naufragaste
tras un negro dominio de fusiles,
todos te saludamos,
todos te revivimos.
Vivo estás en el bronce…
firme en la miserable carne de cinco pueblos…
erguido en tus heridas…
en el volcán que elogia tu corazón de fuego
y en el hombre que exalta tu muerte con su vida.

Jacobo Cárcamo


*
3 de octubre

Alta es la noche y Morazán vigila.
-Pablo Neruda

Los cañonazos siguen de moda
en la altura festiva.

Abren en la madrugada
de Tegucigalpa, sobre las colinas encendidas
su engañosa flor inocente.

Fecha especial.

Traje belicista.
Campana de explosiones ficticias.

Pero el héroe
sigue solo.

Los pocos que lo acompañan
aún no tienen día que celebrar,
victoria que elevar hasta las nubes.

José Adán Castelar


*
Francisco Morazán

Él es el semidiós de nuestra historia,
que, cual un nuevo Homero, con su espada
escribió la epopeya de otra Ilíada
y se bañó en los lampos de la gloria.

Paladín inmortal que la victoria
a su genio mantuvo esclavizada
y de laurel la frente coronada
vive del pueblo en la feliz memoria.

Luchar con la reacción fue su delito;
fue unir a Centroamérica su anhelo;
mas el triunfo esquivóle al fin la suerte.

Recorrió el viacrucis del proscrito;
y cuando pudo redimir su suelo,
mártir excelso, fue un Tabor su muerte.

José Antonio Domínguez


*

Ante la estatua de Morazán

¡Fue en la postrer jornada! La tarde era sombría;
el sol muriente envuelto en fúnebre sudario,
aún pudo un rayo de oro lanzar en su agonía,
¡La vida al extinguirse del héroe legendario!

Aquel sol a la patria le dijo adiós y al día
viendo que se tornaba un tabor en calvario;
y se hizo la tiniebla; entró la noche fría;
quedó el ara en pedazos; ¡derruido fue el santuario!

¡El sol en el ocaso promesa es de una aurora
que con su lumbre cielos, montes y valles dora
y las más espantosas tinieblas desvanece!

¡Ah! Desde que el sol patrio se hundió con el caudillo,
en la sombra esperamos del orto nuevo el brillo;
y ¡oh Patria! ¡Aún es de noche! ¡Oh Patria! ¡Aún no amanece!

Rómulo E. Durón


*

Al héroe

Para empezar
digamos que no luces tan bien en esa estatua
y da lástima verte a sol y agua
espada en mano
guerreando contra nadie
sitiado por la oscura maleza del vacío
tanta vuelta y revuelta
sudorosas distancias batalladas
todo el tiempo ganado en esos años
¿tan sólo para el manso latido de este bronce?
la realidad
(tu más cierto homenaje)
sobrevive
debajo de las patas de tu potro fantástico
bájate
descabalga esas alturas
dale historia y quehaceres a tu espada.


Pasado presente

Excito a la juventud a continuar mi ejemplo.
-Francisco Morazán

Sólo alcanzó a decir:
"todavía estoy vivo",
y cayó,
haciéndose el muerto.
El pelotón y el cura se cruzaron
una sonrisa de alivio por el deber cumplido
y lo dejaron allí,
embrocado en su sangre, besando el polvo.
Esta vez hubo celebración
en las iglesias y casas de los ricos
(Charfield no podía disimular tanta alegría,
y entre abrazos y palabras alusivas al acto
se sobaba las manos
como si fueran dos fajos de billetes).
Entretanto,
Morazán se curaba las heridas,
reunía a su gente y a todos
los que creyeran que aún estaba vivo.
Preparaba nuevas batallas, escondido,
más necesario que nunca,
en algún lugar de Centroamérica.

Rigoberto Paredes



*
Uno

Antes de niño
(yo era apenas un tic en el vientre de mi madre)
ya se escuchaban voces sudorosas
morazán vigilaba desde entonces
y nadie se atrevía a mojar sus faldones de bronce
ni los perros eximios civilistas.

Pasaron varias décadas
y hoy me siguen dando por pan las mismas tortas
manotadas de ahogado por cerebro
y un rótulo en la frente
sexo lugar mujer todo está en orden
y el corazón me cuelga en el fondo de un polígono
/de tiro militar.

Alexis Ramírez


*

Morazán
1972-1842

General: Neruda dice
que la noche de su país es alta,
pero que usted vigila.
Desde que lo mataron
esos maricas josefinos
usted ha vigilado suficiente.
Desde que lo enterraron
y lo desenterraron
usted ha sido un hombre.
Sálgase ya del bronce general.
Asuma el mando.
Comience a trabajar entre estos pinos
antes que la ignominia se extienda por completo.

Livio Ramírez


*

Estatua-Morazán

Frente al vano reposo yo transijo.
Tu figura: península del viento.
Curso del mar. Sustancia. Padre, hijo
y espíritu terrestre del sustento.

Luz de perfil. El germen que prolijo
levantaste a la altura del tormento,
tiene que ser un sol, pero no fijo
porque la luz se mueve en tu momento.

Como no sé qué hacer para envolverte
con la cintura de la Patria y verte
de tu amor la estatura y su concierto;

desde mi tiempo-antonio te venero.
Y tu vida y tu muerte recupero.
Y estás en la mañana. Y no estás muerto.

Antonio José Rivas


*

Morazán vivo

No.
No estás ahí de bruces
indefenso en el polvo.

Ni se oculta tu estatua
entre los fríos picoteados por los pájaros.

Vives entre nosotros. Trabajas,
tienes sed.
O profundo en el monte
se anudan en tu barba
los hilos de lo trágico.

Cabalgas por la selva
triangulando
el espacio de nuestra geografía.

Miramos tus señales
desde los grandes pinos.
Oímos tus espuelas
arañando el vacío,
el eco de tus botas por los mapas de guerra.

No eres signo escarnio
congelado en la boca.
Ni falsísimo brillo de medallas.
Eres bajo del lodo
una espada continua.
Nuestro honor y destino
que custodian los mares.

Que lo aprendan los jóvenes
y resurja el milagro
del pan y de los peces.

Vuelves de todas partes
desde tu dignidad.
Estás entre nosotros
bajo la misma noche,
repartiendo la luz todos los días.

Roberto Sosa


*

Canto a la encontrada patria y a su héroe
(fragmento)

Así lanzada en el tiempo
con mi canción precursora,
Morazán desgarra mi frente
y su mensaje estampa en ella.
Me basta para saberlo
la voz que escucho por dentro.
Y si multiplicada voy toda
con su humanal presencia.
¿Acaso no eres tú, torrencial Patria
en mí, inexorablemente, desbordada?

Me intriga tu corazón
hermoseado en la historia.
¡Qué inexplorado mundo
 en tu ilimitada pupila!
 Hay que sobrevivirse
pero en la espina dorsal de tu cuerpo.
En tu fabulosa estructura,
habitante de mar y tierra.
Un pueblo de erguidos pinos
te sostiene la cabeza.
¡Capitán de antiguo coraje
que no sabes lo que es derrota!
En tu resplandor está la Patria,
 la Patria de tus milagros.

Eras como la tierra
con impulso vital indestructible…
Esto es Morazán desde el aire,
desde donde lo veo extendido.
Esto es Morazán desde su espada,
desde su sangre,
desde su sueño sin prisa,
desde sus caminos, sus edificios.
Esto es Morazán desde sus pájaros,
esto es Morazán desde su Patria.
Esto es Morazán desde la calle,
desde sus himnos y su victoria,
 desde su cielo y desde sus rosas.
Esto es mi Patria,
esto es mi limpio sueño,
esto es mi canto donde viven las palabras,
esto es mi piedra, mi sol, mi llanto.

Clementina Suárez


*

Sueña Morazán

Si hay más allá que sea hermoso y bueno
para tu gran amor atormentado.
Algo como tu ensueño realizado
en la escondida realidad del sueño.
Si hay más allá que tengas cinco estrellas
bajo tu mando, ¡General osado!
y pasees la vista emocionado
con un solo fulgor prendido a ellas.
Si hay más allá, mi General, espero
que te adorne el ojal de la solapa
un escudo con cinco pebeteros
en campo azul, y vivas prisionero
para no ver tu desunida patria
en hipnótica torre de luceros.

Jorge Federico Travieso


*

De un vecino del siglo XIX

Nosotros tenemos la vida en un hilo.
Se nos acaba el tiempo rápidamente, se nos va
de las manos entre el tumulto del odio
y la malignidad de las sombras.

El momento de confusión y de fracaso,
de eclipse para el hombre.
Con nuestra sangre van a ser sacrificadas
extensas zonas de luz,
la furia de las tinieblas no sólo se va a desencadenar
sobre nosotros, sino también sobre lo que con tanta verdad
y profundidad amamos.

Venimos de un pequeño pueblo levantado
por sencillos mineros
en la inmensidad de los bosques de pinos.

Vamos, pues, a morir a muchas leguas de casa.
Es la hora del tigre y la serpiente.
Los humanos están lejos.

Pompeyo del Valle

6 comentarios:

  1. Maravillo aporte a la poesíaépica, heróica latinoamericana

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    1. No sirve 😡 😡 😡 😡 😡 😡 😡 🤬🤬🤬

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  2. muy buenas poesias pero no encuentro informacion de esa estatua por favor me pueden decir quien la hizo

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  3. La mandaron a hacer en Francia.

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