miércoles, 29 de abril de 2009

Poemas de María Eugenia Ramos



Elegía

No mueras,
te amo tanto.
César Vallejo

Aunque sea igual que siempre
y quisiéramos decirle a un ser humano
"hermano, te amo tanto"
cuando ya no puede escucharnos;
aunque la impotencia nos convierta
en árboles vacíos
igual que si un rayo nos tocara,
quién sabe cuánto tiempo
andaremos buscando,
regando los rincones
como si esperáramos
que germinen semillas,
hasta que un día
nos deslumbre la certeza
de que ellos están vivos
y nosotros somos los muertos.


Retrato

En este país
vive un viejo de ochenta años,
enfermo, casi sordo,
lleno de rituales y afectos.

Con su andador de niño
va de su cuarto al comedor,
pelea con su mujer y con las nietas,
va al patio, regresa.

Desde su escritorio
sueña con un país mejor,
el verdadero,
se conmueve, se indigna
y con la furia de su espera
lanza páginas en llamas
contra los enemigos de la Patria.


La llama eterna

Cuando esta llama explote
dejará de ser luz
y se hará fuego.
Un viento fuerte
barrerá las llamas de las velas.
Regresarán las ramas secas
a la tierra,
se agrietará el planeta
y un volcán amarillo
será todo el continente
hasta estallar
-fogonazos de sol,
cristal fundido,
lava a presión bañando el cielo-
para que no se sepa
qué color era el mar
y se olvide la medida de la noche.
Después lloverá
como en la biblia,
se inundarán de pájaros los patios,
despuntará lo verde
y será eterna
la llama del amor que será nuestro
como el pan de la tierra liberada.


Una larga playa

... la larga playa de la espera...
Gioconda Belli


Hermanos, de ustedes
yo no conozco nombres,
ni la forma de andar,
ni los amores grandes o pequeños.

Sólo esta muerte,
esta estrella incendiada
que me arde desde lejos,
esta ola de sangre
que me empuja
contra los arrecifes
de tiempo y agua.

Estoy aquí,
obligada a guardar la verdad
avariciosamente
para mí sola,
aunque ustedes me enseñaron
que es necesaria para todos
como el pan
y la luz de los domingos.

Siempre nos han vendido promesas.
Al fin hemos aprendido
que la felicidad tiene su plazo.

Con la sangre de ustedes
hemos pagado la primera cuota.


Riesgo

Asumir la ternura
como deber histórico
es igual que volver
de un largo viaje,
mirarlo todo,
probar el temple
de la carne y el alma,
identificar el olvido
con la muerte
y decidir quedarse
quedarse
quedarse
y transformar
el corazón vagabundo,
hacerlo sólido,
creador legítimo de estrellas
aunque se rompa en el intento.


El otro lado del mar


Vos te fuiste en agosto
y no supiste nada de la estrella
que me bañaba por dentro,
ni de las multitudes
que de noche
me quitaban el aire para respirar.

Vos te fuiste en agosto
y me dejaste armando situaciones,
patentando rompecabezas
y resolviendo problemas de ajedrez
para seguir amándote.

Porque creo en mi pueblo
estoy en guerra.
Porque creés en tu pueblo
estás en guerra.
Porque estamos en guerra
me enamoré de tus virtudes
y vos de mis defectos.

Supe
que hacer la revolución
es ser paciente
para anudar
uno tras otro
los recuerdos difusos
las conversaciones inconclusas,
los silencios rotos,
el agua derramada,
los años perdidos,
la tierna infancia,
el trabajo duro.

El amor.

Simplemente.

Te quiero.
Me da lástima sólo
que no sepás
que con todos mis defectos,
y aunque resulte paradójico,
estoy mucho más cerca
de mi pueblo
para encender las puntas
de su estrella.

(Para vos, hasta tus lejanías)


(de Porque ningún sol es el último, 1989)




1 comentario:

  1. Me gusta la Gionconda Belli :) creo que me comentaste que te compraste un libro de ella en... Nicaragua?

    Oye, Galatea Plácida fue la esposa y musa de Dalí (infiera por los relojes y lo egocentrico y narcisista que era el doño : como dices tú : )

    Hoy fui a una clase de canto gratis. Voy a seguir :D

    Besos, Sun (y)
    Gracias por ser mi seguidora xD

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