Desnudo tumbado, Gustav Klimt
I
Recorrer un cuerpo en su extensión de vela
es dar la vuelta al mundo
atravesar sin brújula la rosa de los vientos
islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas
no es tarea fácil -sí placentera-
no creas hacerlo en un día o noche
de sábanas explayadas.
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas.
II
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado.
Encuentras un astro y quizá deberás empezar
a corregir el rumbo cuando nube huracán
o aullido profundo
te pongan estremecimientos.
Cuenco de la mano que no sospechaste
III
Repasa muchas veces una extensión
encuentra el lago de los nenúfares
acaricia con tu ancla el centro del lirio
sumérgete ahógate distiéndete
no te niegues el olor la sal el azúcar
los vientos profundos
cúmulos nimbus de los pulmones
niebla en el cerebro
temblor de las piernas
maremoto adormecido de los besos.
IV
Instálate en el humus sin miedo
al desgaste sin prisa
no quieras alcanzar la cima
retrasa la puerta del paraíso
acuna tu ángel caído
revuélvele la espesa cabellera
con la espada de fuego usurpada.
Muerde la manzana.
V
Huele
duele
intercambia miradas saliva impregnante
da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
pie hallazgo al final de la pierna
persíguelo busca secreto del paso forma del talón
arco del andar bahías formando arqueado caminar.
Gústalos.
VI
Escucha caracola del oído
cómo gime la humedad
lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
poros que se alzan formando diminutas montañas
sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
suave puente nuca desciende al mar pecho
marea del corazón susúrrale
encuentra la gruta del agua.
VII
Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza
navega loco en la juntura de los océanos
cruza las algas ármate de corales ulula gime
emerge con la rama de olivo
llora socavando ternuras ocultas
desnuda miradas de asombro
despeña el sextante desde lo alto de la pestaña
arquea las cejas abre ventanas de la nariz.
VIII
Aspira suspira
muérete un poco
dulce lentamente muérete
agoniza contra la pupila extiende el goce
dobla el mástil hincha las velas
navega dobla hacia Venus
estrella de la mañana
-el mar como un vasto cristal azogado-.
Duérmete náufrago.
Gioconda Belli
De la costilla de Eva (1987)
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