jueves, 12 de abril de 2012

Un poema de Livio Ramírez


"Oh vida, oh vida:
¿soy yo aún el que aquí
desfigurado arde?”
Rainer María Rilke 



Dime, ¿tú entiendes esto?
¿Miras, igual que yo, cómo crece en nosotros
esta niebla atroz,
cómo nos borra con un odio lento?

Miras, igual que yo, cómo se pudre el cielo,
ahora que cuento todas las heridas
bajo esta paz estúpida que queda
después que hemos amado
como dioses o bestias. Respóndeme:

¿Oyes caer la sangre de esos días
en este mismo sitio donde yo escupo mi impotencia
y escribo con rabia la palabra Amor
y un olor a víscera y espanto
flota sobre mis papeles?

Dime
te derriba también
este alarido,
que rebota
en los muros del infierno,
este rito de ciego
en las últimas gradas de la muerte.

Ah querida:
Amor que ya no eres mi amor...
He aquí el desastre,
el abismo inmensamente presentido.
La ciudad convertida en una enorme cicatriz.
He aquí el tiempo,
nuestro tiempo,
con la columna rota.


de Descendientes del fuego 
(1987)