lunes, 2 de marzo de 2009

Cinco poemas

(Clementina Suárez)
COMBATE

Yo soy un poeta
un ejército de poetas.
Y hoy quiero escribir un poema,
un poema de silbatos,
un poema de fusiles
para pegarlos en las puertas,
en la celda de las prisiones,
en los muros de las escuelas.
Hoy quiero construir y destruir
levantar en andamios la esperanza.
Despertar al niño
arcángel de las espadas,
ser relámpago, trueno,
con estatura de héroe
para talar, arrasar
las podridas raíces de mi pueblo.


(Juana Pavón)
NOSOTRAS: ESAS SUJETOS


Una, dos, cien, miles
así vamos las mujeres por aquí
aquí donde nos tocó pernoctar para siempre.
No importa lugar ni apellido
definimos nuestra situación
desde hace mucho tiempo.
Hemos aceptado el papel que nos corresponde
no importa el status.
Estamos las privilegiadas
y las no privilegiadas
Estamos:
la funcionaria porque funciona
la obrera por obrera
la madre por madre
la estéril por estéril
la dama por dama
la prostituta por prostituta.
Hacemos maniobras con el tiempo
ligadas a esta inercia
que llamamos vida
porque siendo mujeres
tenemos que aceptarlo
porque son leyes para mujeres
hechas por hombres
¿qué más nos da?
Las habemos flacas y gordas
unas por tomar agua de masa
otras, por tomar leche y cereal.
El día de la madre
a unas nos da frío
a otras nos da calor,
el día de la mujer
a unas nos da risa
a otras satisfacción.
Estamos las poetas académicas
y las poetisas de la calle.
Estamos las que vendemos rosas
en una floristería elegante
y las que ofrecemos claveles
en una esquina de banco.
Nosotras, que somos anónimas del amanecer
y nos-otras burbujas de hambre
nosotras somos esas – a la que se nos vende
y a las que se nos protege
hasta los ochenta años.
Somos la esposa ignorada
en un centro nocturno
y la sirvienta seducida.
Todas somos nosotras
a cada quien lo suyo
así fue repartido
sin ponernos a escoger.
Estamos las amargadas
y las indiferentes
las antisociales
y las socialísimas
las que damos de comer a nuestros hijos
en cucharita de plata
y las trágicamente miserables
que damos nuestros vástagos
a engordadoras y traficantes de niños.
Nosotras las que siempre callamos
y esperamos
las que tenemos motivos para gritar
y no esperamos nada.
Estamos las saludables
porque tenemos un gato en casa
y estamos las enfermas
por una existencia solitaria.
Somos muchas las que bebemos champagne
y muchas las que bebemos guaro
las primeras fondeamos en cama
con sábanas de seda
y las segundas
en una escondida acera húmeda.
Estamos las feministas asociadas
y las lesbianas reprimidas
muchas asistimos al Catecumenado
y otras levantamos los ojos
para ver a Dios.
Así vamos todas nosotras
nosotras, esas sujetos
todas somos mujeres indestructibles
nada nos detiene
no importa si somos abogadas
si somos verduleras
médicas, tortilleras
maestras, campesinas
teatristas, pintoras
esposas, amantes
primera dama
o última dama.
Un vientre nos une a todas por igual.
Somos las que motivamos
todos los sentimientos
ternura, delicadeza... amor
aunque haya en cada una de nosotras
una gata furiosa
o una gata sumisa.
Somos las que estamos paradas en el tiempo
y latimos... latimos... latimos!
somos río, mar
jungla, sol
luna y pulmón
¡somos patria!
- Yo siempre he pensado
que Honduras tiene nombre de mujer –


(Sara Salazar)
PATRIA


Patria,
páramo erial
carnes fláccidas
niños de cantos sucios
y lágrimas prematuras
surcando mejillas infantiles
suburbios malolientes
moscas y basura
burdel y estanco
mujeres desgreñadas
perros famélicos
que arrastran en débil esqueleto
garrote y cárcel
explotación y exilio
temor y hombres frustrados
a todo esto aquí
le llaman Patria.


(María Eugenia Ramos)
UNA LARGA PLAYA



... la larga playa de la espera...
Gioconda Belli


Hermanos, de ustedes
yo no conozco nombres,
ni la forma de andar,
ni los amores grandes o pequeños.

Sólo esta muerte,
esta estrella incendiada
que me arde desde lejos,
esta ola de sangre
que me empuja
contra los arrecifes
de tiempo y agua.

Estoy aquí,
obligada a guardar la verdad
avariciosamente
para mí sola,
aunque ustedes me enseñaron
que es necesaria para todos
como el pan
y la luz de los domingos.

Siempre nos han vendido promesas.
Al fin hemos aprendido
que la felicidad tiene su plazo.

Con la sangre de ustedes
hemos pagado la primera cuota.


(Amanda Castro)
POEMA VI

A veces éramos sólo rostros
de niños desamparados
desenhebrando sus misterios
en lienzos y palabras.

Niños
de sueños
aterrorizados
con la sangre seca
regando los caminos
de nuestros párpados rotos.

Aterrorizados por la ausencia
de los que partían sonrientes
por las mañanas
y a quienes
sólo volvimos a ver
en las pancartas de las plazas vacías

Y por las noches
cuando se aproximaba
el coche negro
se nos congelaba el aire
en los pulmones.
Quizá por eso
no tuvimos tiempo para caricias...

Salvar la vida
era aprender a callar
aprender a correr
a mentir
a olvidar

a morir.

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