sábado, 4 de agosto de 2012
Fragmentos de "Escrito sobre el amanecer", Livio Ramírez
Mirando el curso de mis días,
hoy me he detenido a estallar,
a crecer duramente
Entre reglas de juego.
a mis espaldas ruge Madrid.
Veo su cielo aún invicto entre la polución
y el veneno de los anuncios luminosos
está a punto de hundirse
sobre el amanecer.
Tengo un poco de fiebre.
(casi es nada, me digo,
con la amabilidad de un fantasma)
Y escribo:
¿Cuántos puños convergen en mi mano?
¿Cuántas voces confluyen
en mi monologo feroz?
Quiero fundir la vida y las palabras.
Apresar sus raíces, aquí,
bajo este océano
donde no hay más que insomnio.
Escribo:
no sé si hago una autopsia,
o giro en la borrasca de un gran autorretrato,
o combato en un óleo de todos o de nadie.
Sueño activamente
como una piedra que se incendia de júbilo
a pleno mediodía.
En mis manos dan saltos las imágenes.
la realidad del mundo es mi realidad,
pero no consigo escribir
mi profunda verdad animal,
la tempestad que arrecia aquí mis sienes.
Escribo:
montañas de palabras:
grandes bloques
que quiero desbastar.
Silenciosos que me esperen
en mi taller de lunas enrabiadas.
Trabajo en mi caverna civil atropellada:
Me enfantasmo. Me enguerro.
Vibra el mundo en mi mesa de trabajo
(…)
Digo que la poesía
es el único documento personal que poseo.
Carezco de otro medio de identidad.
Digo que eres mi centro enllamarado.
Mi código de fuego.
Mi texto de aludidos.
Explosión queridísima donde escucho la vida.
Arma para vivir.
Digo que eres
Mi atigrada columna que fluye.
Árbol de guerra. Árbol que embiste y la aletea.
Sol absoluto, nuestro, que devoras los ojos
para poder seguirte.
Largo río de fuegos
donde al verme contemplo y soy la multitud.
Lava donde si corre mi verdadera imagen.
Lectura y escritura de uno mismo.
Eres el resplandor que emana
de esta hondonada.
Euflegencia invencible de las entrañas.
Domicilio de todas nuestra rabia.
Quiero escribir la vida de golpe.
Quiero que griten mis amigos muertos,
que salgan de la tierra,
puros, como relámpagos.
“quiero escribir pero me sale espuma”
así es Cesar Vallejo,
pero me salen los asesinados
y más espuma
y más asesinados
y más país de muerte atravesado.
(…)
Es tarde.
El amanecer se aproxima
como un jaguar.
Los obreros comienzan
a levantar el día.
A estas horas
la soledad acaricia mi cabeza.
Su mano es áspera,
aunque percibo
algo muy parecido a la piedad, pero mi ojo es materia en combustión:
llama.
Dardo que fluye.
hoguera casi triste.
Queridos, detestables vecinos de este edificio
donde aun leo la post-guerra:
mañana seremos nuevamente
las piezas
que la gran máquina exige.
Mañana habrá que llegar puntuales
a los respectivos mataderos.
Que descanses Madrid, reposa.
Estás rendido.
Buenas noches América.
Atlántico que me unes y me separas.
Buenas noches país descuartizado.
Patria vendida en el mercado negro.
Ciudad que trituraste mis sueños
Y mis nervios.
barrio desdibujado,
patio de Nina Lincho,
casa donde nací.
Apartamentos, cuartos:
Increíbles cavernas donde he vivido.
Sepulcro de mi padre.
Ferocísimo amor que me consumes.
Estoy solo, impotente
ante los estallidos
de mi propia memoria.
Es como si un animal salvaje
revoloteara en mi sangre.
como si un clavicordio
rodara en mis entrañas.
Hasta mañana
seres humanos;
que descanses
casa degenerada:
planeta que debieras nacer de nuevo.
Hasta mañana, ciudad,
ciudades.
Buenas noches,
amado mundo podrido
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